La necesidad de diseño de almacenes o su rediseño está condicionada por el vertiginoso cambio que vienen experimentando las actividades relacionadas con el propio almacén.
Los costes asociados al almacén, ya sean estructurales o de actividad, tienen un impacto directo en la eficiencia de la cadena de suministro, lo que hace necesaria una gestión correcta de los mismos.
A continuación, veremos una serie de factores desencadenantes que generan esta necesidad de diseño de almacenes o rediseño.
Diseño de almacenes, factores desencadenantes
- Muchas empresas siguen estrategias de reducción de los niveles de stock, pasando el stock al fabricante y realizando pedidos de aprovisionamiento en pequeñas cantidades, dejando de lado la realización de pedidos en grandes cantidades por cuestiones de compra y descuentos por volumen. Esto supone una mejora en los niveles de productividad, derivado de un aumento de las recepciones y almacenes más ajustados con niveles de stock menores.
- La unidad mínima de servicio ha pasado de ser el palé completo o caja completa a una situación en la que la unidad de servicio es múltiple, lo que implica que el número de operaciones de desconsolidación a realizar por parte de los operarios de picking aumenta, lo que supone un aumento de los costes asociado
- En algunos sectores, los plazos de servicio se han reducido hasta las 24 y 48 horas. Esto exige la realización de pedido-servicio más corto y olas de picking de forma más frecuente, más rápida y más fiables para cumplir con los horarios de entrega.
- En muchas empresas existen un gran número o variedad de referencias de producto que se comercializa, lo que origina que tanto el volumen de pedidos y líneas de pedido como la heterogeneidad sea cada vez mayor. Todo esto implica que los almacenes necesitan tener unos niveles muy altos de productividad que minimicen los costes de operación, es decir, debe ser muy operativo para dar el mejor servicio posible y estar a la altura de las exigencias del mercado.
- La estrategia de negocio diferencia la calidad de servicio para segmentos de clientes estratégicos (gran distribución, mayoristas, minoristas, etc.). Esto implica tener que diseñar sistemas de almacenamiento, preparación de pedidos y expedición que den respuesta a tipologías de pedido, así como a la personalización de los envíos (etiquetaje, embalaje, acondicionado, etc.).
Problema del diseño del almacén
El problema del diseño/rediseño de un almacén como elemento decisivo de la cadena de suministro se puede dar en:
- La creación de un nuevo almacén. Hay que tener en cuenta la importancia de una planificación adecuada.
- Bajos niveles de servicio y altos costes operativos, con sistemas de almacenamiento y preparación convencionales.
- Aumento de la complejidad de almacenamiento y preparación (número de referencias, aumento del número de pedidos y rapidez de las entregas…), que requieren una ampliación o rediseño.
- Rediseño de funciones de almacén (operaciones de producción, montaje, embalajes promocionales…).
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Metodología de diseño de almacenes
Como norma general, todo diseño o rediseño de almacén se pone en marcha a consecuencia de los factores desencadenante arriba citados o por la detección de señales de mal funcionamiento en la gestión operativa diaria sobre indicadores.
El diseño de almacén deberá dar respuesta, una vez definida la función del almacén, a las necesidades de almacenaje y preparación actuales y futuras.
Dada la incertidumbre que se puede producir las necesidades futuras, se requiere fijar escenarios a largo plazo, estos pueden ser únicos o varios (optimista, pesimista, conservador…).
Para definir los requerimientos de un almacén hay que tener en cuenta el flujo del sistema, las relaciones entre actividades o procesos y el espacio requerido.
La mejora de almacenes implica:
- Análisis de las necesidades de espacio físico para las distintas áreas y procesos y su contraste con la capacidad actual de almacenamiento y áreas asociadas (visión estática).
- Deben estudiarse los flujos de entrada y salida del futuro almacén (visión dinámica).
Una vez realizados estos análisis se realiza el diseño físico y operativo, teniendo en cuenta las distintas posibilidades de sistemas de almacenaje y posibles operativas asociadas a los inventarios.